De repente te das cuenta de que todos son iguales. Aunque no hayas estado con todos los tios del mundo. Pero es un hecho. Te fijas que esos te quieros han desaparecido. Que las promesas ya no sabes donde se han quedado y si volveran algún día. Lloras y se te cae el puto mundo al suelo al pensar que encontrasteis el amor en un lugar sin esperanza. En aquel portal a las 23.00. Sin avisar y con mucha prisa por irte. Por dejarme donde me encontraste. Inesperadamente sonries. Piensas seriamente en hacerte lesbiana y vuelve a reir. Temes que nunca puedas volver a confiar en alguien por su culpa. Piensas que no encontraras a nadie como él. Y por último, deseas que él vuelva, a pesar de todo, aunque conlleve que todo lo malo regrese.
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